La familia, un sistema en constante cambio
Formas parte de un sistema llamado familia. Perteneces a este conjunto de personas que puede ser muy diverso en su composición. Algunos miembros serán más directos, como tu pareja y tus hijos-as. Otros son próximos, como tus hermanos-as, tu madre, tu padre. El resto son más indirectos, por ejemplo tus abuelos-as, cuñados-as, tíos-as, primos-as, etc. Cada uno de los integrantes de tu familia, y te incluyo a ti, interactuáis.
Pues bien, ¿qué pasa cuando alguien hace un movimiento? Los demás tienen que recolocarse, cambiar, modificarse. Veámoslo primero con un ejemplo. Imagina un puzle. Si yo quito una pieza, ¿qué tienen que hacer las demás para que siga siendo un puzle, aunque tenga que modificarse la imagen que representa? Algunas piezas tendrán que girarse, otras recortarse, quizás haya que añadir alguna nueva, o eliminar otra. Para cuadrar con la pieza de al lado y recomponer la totalidad del puzle, o que al menos se parezca a un puzle y no a un juego de piezas sueltas, cada piececita tiene que cambiar algo. Una familia es un puzle, dinámico y cambiante a lo largo de toda su vida.
Cuando una hija se emancipa, mamá y papá se ven ante la realidad de encontrarse como pareja de dos en casa. Cuando la abuela viuda fallece, la comida de Navidad supone un reto para la familia. Cuando el tío se divorcia, la relación con la pareja de él cambia. Cuando mamá decide delegar parte de su responsabilidad con las tareas domésticas a su pareja e hijos-as, éstos tendrán que hacer algo diferente. Cuando nace el primer bebé, la pareja de novios se convierte en pareja de padres. Si ante estas situaciones, alguien no quiere cambiar el rol o la posición que ocupaba hasta el momento, el sistema tendrá dificultad para seguir en armonía. Puede que alguien este cómodo, probablemente el que no quiera cambiar, pero los demás no.
El reto es aprender a fluir con estados continuos de cambio y de estabilidad. Crisis, cambio, estabilidad. Crisis, cambio, estabilidad. Crisis, cambio, estabilidad. Si alguien permanece quieto ante el movimiento, algo pasará. Las familias, digamos, funcionales son capaces de permitir cambios, superando crisis y reinventándose para adaptarse. Una y otra vez, permitiendo restaurar su estabilidad cada cierto tiempo y de este modo avanzar.
Un problema muy habitual, y frecuente motivo de consulta, es que uno o varios miembros del sistema se resiste, por la razón que sea, a cambiar para permitir la adaptación conjunta del sistema al que pertenece, ¿lo visualizas? Entonces es cuando interviene la figura del psicoterapeuta, quien hará de agente de cambio, guiándoles a lo largo de su proceso.
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